TRANSFORMAR EL FUTURO

Nadya González Romero
Director: Nelson Obregón Neira (IC, MSc, PhD)

Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas
Pontificia Universidad Javeriana


miércoles, 3 de noviembre de 2010

Capitalismo cognitivo y universidad

DOCTORADO EN  CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
Seminario: LA UNIVERSIDAD Y LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Núcleo 5: Capitalismo cognitivo y Universidad
Fecha: Jueves 4 de  noviembre de 2010
Relatora: Nadya González Romero

Documentos sugeridos:
Negri, A. y Hardt. M[1]. (2002). Imperio. Cap 1.2. La producción biopolítica, Buenos Aires, Paidós.[2]
Martínez,  J. ( s.f.). Capitalismo cognitivo y Educación Superior en Colombia. (En proceso de publicación).[3]


"No es posible, para el poder, ser ejercido sin conocimiento,
y es imposible que el conocimiento no engendre poder".
Michel Foucault

En un foro realizado en Mayo del 2010 por El Espectador, se reunieron representantes del Ministerio de Educación, el Icetex, la Asociación Colombiana de Universidades con  el experto internacional Hans Wissema. El motivo central;  ‘analizar’ la situación actual y el ‘futuro’ de la educación superior colombiana y mundial. Dicho ‘análisis’ consistió en la afirmación por parte del experto de  la urgencia de  la participación de la universidad en los procesos de innovación y desarrollo de las empresas, y su insistencia en la necesidad de que desde ahora se trabaje en la creación de los procesos y directrices  que posibiliten el ‘fortalecimiento’ de la administración y organización de las universidades e instituciones académicas.  Es la característica fundamental que define a las llamadas Universidades de tercera generación.
Veamos la información dada al respecto en el portal de la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional
Transcribo a continuación apartes del texto que incluyen aspectos fundamentales para la discusión que adelantaremos
La manera más poderosa que tienen las universidades en Colombia para alcanzar ese modelo, es hacer asociaciones y trabajar de la mano con las industrias. Por ejemplo, si la universidad ofrece buenos egresados para trabajar en las empresas del país, es necesario hacer entonces que los empresarios del país inviertan en la universidad, patrocinando a los mejores estudiantes que ellos visionan como sus futuros trabajadores. Así se beneficia la universidad y se benefician las empresas”, indicó. Con respecto a cómo contrarrestar el desempleo desde la academia, Hans Wissema, dijo que la academia no puede solucionar los problemas económicos, pero que si puede a futuro, solucionar el problema de la falta de empleo, creando cursos cortos  obligatorios de emprendimiento.  “No es necesario que los profesionales que las universidades forman esperen que los contraten determinadas empresas, es necesario que los mismos profesionales se conviertan en empresarios y creen las suyas”.
Otro aspecto importante abordado en el foro fue el de la estrategia de mercadeo para ofrecer el conocimiento. El experto indicó que esos escenarios donde participan tantos rectores de universidades deben aprovecharse para crear unas redes de universidades que se ofrezcan cursos del mismo nivel y sin ningún problema de movilidad de los estudiantes entre ellas. Así mismo, dijo que era necesario que las universidades diseñen estrategias de mercadeo basadas en la confianza, para que quienes quieran estudiar y los empresarios que deseen invertir, se acerquen a esa institución porque sienten que es la que mejor lo sabe hacer, ya sea educar, investigar o invertir en conocimiento.
Advirtió que si las IES no avanzan a ser universidades de tercera generación, lo más probable es que los estudiantes se movilicen a otros países, donde les brinden una educación más completa, enfocada en la investigación y el desarrollo.
Entre las características del modelo de educación que se requiere hoy, destacó la necesidad de trabajos de investigación interdisciplinarios, el bilingüismo y la estimulación a los estudiantes para que trabajen en temas específicos[4].

Sin duda alguna, estas ‘iluminadoras’ recomendaciones de Wissema proporcionan claves importantes para responder la pregunta que nos ocupa: ¿Qué nuevas configuraciones asume la Universidad en la Sociedad del Conocimiento y qué nuevos  retos se le plantean? Incluso es muy probable que en la actualidad estas sean las más utilizadas por buena parte de los gestores de la educación superior en Colombia y el mundo. No obstante, una mirada más profunda de las circunstancias actuales que vive la educación superior en el marco de la globalización a la luz de  los planteamientos de Foucault, Negri y Hardt, Santiago Castro y Martínez Posada, a través de los documentos sugeridos, muy probablemente nos lleve a dudar de la simple necesidad de ‘reconfigurar’ la universidad y a pensar en retos y alternativas diferentes.

¿Qué elementos de análisis podemos extraer de los documentos y sus autores?

El orden global actual y la producción biopolítica

En primer lugar, Hardt y Negri (2002)  nos  muestran una forma menos amable de globalización;  la emergencia de una nueva forma de gobernamentalidad[5]  a la que subyace un tipo de soberanía, diferente al imperialismo, que se fundamenta en la producción biopolítica.

 “… la soberanía ha tomado una nueva forma, compuesta por una serie de organismos nacionales y supranacionales  unidos bajo una única lógica de mando. Esta nueva forma de soberanía es la que llamamos Imperio.” (Hardt. M. y Negri, A. (2002; 4)

A diferencia del imperialismo, que se define por la extensión de  la soberanía  de un Estado-nación más allá de sus fronteras, en el Imperio no hay un centro de poder y carece de  fronteras fijas y bien delimitadas:
 “… es un aparato de mando descentrado  y deterritorializado que incorpora progresivamente a todo el reino global dentro de sus fronteras abiertas y expansivas. El Imperio maneja  identidades híbridas, jerarquías flexibles e intercambios plurales por medio de redes moduladoras de comando” (Hardt. M. y Negri, A. 2002; 5)

Este se presenta como un régimen que suspende la historia y  busca eternizarse no a través del manejo de un territorio y su población, sino del dominio sobre la vida social en general; la vida de las personas, sus interacciones, los terrenos donde habitan. De esta manera “lo económico, lo político y lo cultural se superponen e infiltran crecientemente entre sí.” (Hardt. M. y Negri, A. 2002; 5)

Como se advierte, estos autores se  fundamentan en las ideas  de Foucault;  esta nueva forma de soberanía corresponde a una fase diferente y ‘más evolucionada’ de capitalismo que resulta del tránsito de una sociedad disciplinaria, que ejercía la dominación a través de técnicas de encierro[6], a una sociedad de control en la que se intensifican las técnicas de disciplinamiento y  se generalizan  a las prácticas comunes  de la vida cotidiana, no ya a través de instituciones sino de redes de comunicación flexibles y fluctuantes. El poder se ejerce desde el interior de la vida misma de las personas, la cual es completamente absorbida, regulada,  interpretada, administrada,  producida y reproducida. En la sociedad de control los mecanismos de comando son más ‘democráticos’, pertenecen al campo social,  y se incorporan en los cuerpos (técnicas de bienestar y monitoreo) y las mentes de las personas (las redes de información, sistemas de comunicación). Este nuevo paradigma de poder es de naturaleza biopolítica:

 “Como dijera Foucault: ‘La vida  se ha vuelto ahora… un objeto de poder’. La más alta función de este poder es infiltrar cada vez más la vida, y su objetivo primario es administrar la vida. El biopoder, pues, se refiere a una situación en la cual el objetivo del  poder es la producción y reproducción de la vida misma.” (Hardt. M. y Negri, A. 2002; 25)

En el marco de la soberanía imperial, la vida se produce a través de las corporaciones y las comunicaciones: las  grandes  corporaciones transnacionales son las que construyen  el tejido fundamental del mundo biopolítico,  instrumentalizan a los Estados-nación en función del fortalecimiento de los flujos de mercancías, distribuyen  globalmente la fuerza de trabajo, ubican estratégicamente los recursos, organizan  los sectores de la producción mundial y de esta manera son las  que delinean la geografía  del mercado mundial i. e. la verdadera  estructuración biopolítica del mundo. En este contexto no sólo se produce mercancías, se produce subjetividades, en este caso, las subjetividades que necesita el mercado:

“Es de este modo como las grandes potencias industriales y financieras producen no sólo mercancías sino también subjetividades… producen necesidades, relaciones sociales, cuerpos y mentes – es decir, producen productores. En la esfera  biopolítica, la vida está  hecha  de trabajar para la producción y la producción está hecha de trabajar para  la vida. Es una gran colmena  donde la abeja reina  vigila continuamente la producción y la reproducción.” (Hardt. M. y Negri, A. 2002; 31)  
Pero la producción biopolítica – como estrategia para gestionar poblaciones- yace también en los nexos inmateriales simbólicos propiciados por el lenguaje y la comunicación; las industrias de la comunicación legitiman el nuevo orden mundial pues no sólo constituyen uno de los sectores hegemónicos de la producción sino porque actúan sobre todo el campo biopolítico:
 “El poder, mientras produce, organiza; mientras organiza, habla y se expresa a sí mismo como autoridad. El lenguaje, mientras comunica produce mercancías, pero, sobre todo crea subjetividades, las pone en relación y las ordena. Las industrias de la comunicación  integran el imaginario y los simbólico dentro de la trama  biopolítica, no simplemente poniéndolos al servicio del poder, sino en realidad, integrándoles dentro de su funcionamiento.” (Hardt. M. y Negri, A. 2002; 32)  
  
Como se ve, en el proceso biopolítico es clara la relación entre producción biopolítica y constitución social; en la actualidad la prácticas de producción inmaterial son las que marcan los derroteros de la producción en general al punto de determinar las dinámicas fundamentales de este nuevo orden mundial. El trabajo inmaterial contempla tres aspectos fundamentales para la economía contemporánea; el trabajo comunicativo que se refiere a la producción industrial que se reúne en redes informativas, el trabajo interactivo del análisis simbólico y la resolución de problemas y el trabajo de producción y manipulación de afectos. El capitalismo cognitivo hace referencia a las prácticas económicas sobre las producciones de conocimientos que se inscriben dentro del capitalismo globalizado.

Capitalismo cognitivo y Educación superior en Colombia
Antes de pasar al tema de la educación  superior  en Colombia, veamos el siguiente material en el que el Maestro Santiago Castro  nos muestra cómo la biopolítica surge en el Nuevo Reino de Granada a través de las formas de gestión poblacional que se  aplicaron para el favorecimiento del orden mercantil y las razones por las cuales se establece  el nexo entre educación y producción económica, lo que a su vez genera lo que en la actualidad denominamos el capitalismo cognitivo, practicas económicas sobre la producción de conocimiento.

Biopolítica en Colombia

Con base en lo anterior y en coherencia con lo planteado por Martínez,  J. (s.f.) se puede afirmar que la universidad funciona como un  dispositivo para materializar, reproducir y mantener esa nueva forma de soberanía cuyas condiciones de posibilidad yacen en la producción biopolítica de la realidad; en su estudio sobre los discursos  gubernamentales e institucionales sobre la educación superior, hizo visible el dispositivo mediante el  cual la universidad funciona como un mecanismo productor de productores, por el influjo del modelo económico neoliberal globalizado, que ha permeado los  lineamientos gubernamentales y a la luz de los cuales se explica las relaciones de poder presentes en las prácticas educativas universitarias colombianas. La universidad produce productores en la medida en que constituye las subjetividades  que se  necesita para sostener la producción capitalista actual. Esto lo hace a través de dispositivos discursivos que  establecen condiciones de  decibilidad y repetibilidad de los enunciados, que los justifica y sostiene y desde los cuales se ejerce relaciones de poder.  En palabras del autor

 “los dispositivos discursivos de las artes gubernamentales que regulan la Educación Superior en Colombia articulan un régimen de saber y unos juegos de poder que constituyen una subjetividad para la producción capitalista actual.” (Martínez,  J. s.f. p. 16).

De manera más específica, ese régimen de aceptación  se sostiene en el enunciado competencia,  alrededor del cual se organiza prácticas y estrategias de poder (evaluaciones para la acreditación, vigilancia para el control de calidad, etc.)

“el dispositivo discursivo que constituye la producción biopolítica de la subjetividad en el marco de la Educación Superior en Colombia, se organiza en la decibilidad, es decir, en las relaciones de saber y de poder, del enunciado “competencia”.” (Martínez,  J. s.f. p. 17).

Como resultado se produce un sujeto capaz de aprender por sí mismo y de producir el o los saberes necesarios para la creación de riqueza, al tiempo que se genera prácticas que constituyen subjetividades para la productividad económica, que se manejan desde los dispositivos propios de la academia y la investigación. Lejos de los enunciados de desarrollo humano de Amartya Sen, lo que en realidad se genera es un sujeto ‘competente’ para el conocimiento, la autoregulaciòn moral y la conveniente asociación política, “una subjetividad  epistémica, ética y política capturada para el funcionamiento… de la máquina capitalista global” (Martínez, J. s.f, p. 23)

A esta altura, para retomar el caso presentado inicialmente sobre la universidad de tercera generación, cabe citar las palabras de Foucault:

Quiere decir, por un lado, generalizar efectivamente la forma “empresa” dentro del cuerpo o el tejido social; quiere decir retomar ese tejido social y procurar que pueda repartirse, dividirse, multiplicarse no según la textura de los individuos, sino según la textura de la empresa. Es preciso que la vida del individuo no se inscriba como individual dentro del marco de gran empresa que sería la compañía, o en última instancia, el Estado, sino que pueda inscribirse en el marco de una multiplicidad de empresas diversas encajadas unas en otras y entrelazadas. Empresas que de alguna manera están al alcance de la mano del individuo, que son bastante limitadas en su tamaño como para que la acción del individuo, de sus decisiones, sus elecciones , puedan tener en ellas efectos significativos y perceptibles, y también bastante numerosas para que no dependa de una sola. Y por último, es necesario que la vida misma del individuo – incluida la relación, por ejemplo, con su propiedad privada, su familia, su pareja, la relación con sus seguros, su jubilación – lo convierta en una suerte de empresa permanente y múltiple. (Martínez,  J. s.f. p. 20-21).
Ahora bien, ¿qué función tiene la generalización de la forma “empresa”? Por un lado se trata, desde luego, de multiplicar el modelo económico, el modelo de la oferta y la demanda, el modelo de la inversión, del costo y beneficio, para hacer de él un modelo de las relaciones sociales, un modelo de la existencia misma, una forma de la relación consigo mismo, con el tiempo, el entorno, el futuro, el grupo, la familia. (Martínez,  J. s.f. p. 21).

Después de este rodeo necesario, podemos volver a nuestra pregunta ¿Qué nuevas configuraciones asume la Universidad en la Sociedad del Conocimiento y qué nuevos  retos se le plantean?, no sin antes acudir a las siguientes afirmaciones de Hardt y Negri y Martínez Posada y a la propuesta de Universidad Campesina de la Resistencia Civil.

“Las fuerzas creativas de la multitud que sostienen al Imperio  son también capaces de construir  un contra-Imperio, una organización política alternativa  de los flujos e intercambios globales. Las luchas por contestar  y subvertir al imperio, como asimismo aquellas  para construir una alternativa real, tendrán lugar en el mismo terreno imperial – y desde luego esas luchas ya han comenzado a emerger. Por medio de esas luchas y muchas más como ellas, la multitud deberá inventar nuevas formas democráticas y un nuevo poder constituyente que habrá de llevarnos algún día a través y más allá del Imperio.” (Hardt. M. y Negri, A. 2002; 7)

“… es posible proponer alternativas educativas que resistan esta constitución subjetiva. Hacer visible el dispositivo es ya empezar a hacerlo, pues, para Foucault, hacer el trabajo crítico de las racionalidades gubernamentales permite aclarar los límites de las relaciones entre el saber, el poder y el sujeto, para interrogarse ahora  por la posibilidad de otras formas de vida, de otras subjetividades.” (Martínez,  J. s.f. p. 23).


Universidad Campesina para la Resistencia Civil

Preguntas:
¿Cómo sería una organización política alternativa de los flujos e intercambios globales? ¿Qué otras formas democráticas podríamos inventar en el mismo terreno del Imperio? ¿Qué otro tipo de poder constituyente podríamos desarrollar? ¿Qué forma tomarían unas subjetividades que puedan resistir al Imperio? ¿Qué tipo de acciones podríamos adelantar desde nuestras prácticas académicas e investigativas cotidianas?

Bibliografía
Negri, A. y Hardt. M. (2002). Imperio. Cap 1.2. La producción biopolítica, Buenos Aires, Paidós.
Martínez,  J. ( s.f.). Capitalismo cognitivo y Educación Superior en Colombia. (En proceso de publicación)



[1] HARDT, MICHAEL. Es discípulo de Fredric R. Jameson (Ph. D de la Universidad de Yale, 1959) que enseñó en Harvard, Yale, California y desde 1985 en la Universidad de Duke. Hardt se doctoró en 1990 en la Universidad de Washington. Actualmente es profesor asociado de literatura y estudios en lenguas romances en la Universidad de Duke.
[2] Antonio Negri, también conocido como Toni Negri (Pádua, 1 de agosto de 1933), es uno filósofo político marxista italiano. Traductor de los escritos de Filosofía del Derecho de Hegel, especialista en Descartes, Kant, Espinosa, Leopardi, Marx y Dilthey, se hizo conocido enmedio universitario gabán por su trabajo sobre Espinosa, pero su actividad académica siempre fue íntimamente conectada a la actividad política. Negri ganó notoriedad internacional los primeros años del siglo XXI, después del lanzamiento del libro Imperio - que se hizo uno manifiesto del movimiento anti-globalización - y su secuencia, Multitud, ambos escritos en co-autoría con su ex-alumno Michael Hardt
[3] Este ensayo se presenta como resultado de la Tesis Doctoral “Análisis de los discursos gubernamentales e institucionales educativas sobre la educación superior como lugar de producción biopolítica de la subjetividad.” CINDE – Universidad de Manizales.  Doctor en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud del Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano (Cinde) / Universidad de Manizales. Doctorando en Filosofía Programa Historia de la Subjetividad de la Universidad de Barcelona. Diploma de Estudios Avanzados en Filosofía de la Universidad de Barcelona. Magíster en Desarrollo Educativo y Social (Cinde) / Universidad Pedagógica Nacional. Licenciado en Filosofía de la Universidad de San Buenaventura (usb).
[5] forma de aplicar el poder en la que un conjunto de dispositivos que articula  una forma de gobernar  con prácticas específicas de sujeción y control, las cuales, a su vez, moldean un tipo concreto de sujeto.

[6] red de dispositivos que producen y regulan costumbres , hábitos y prácticas productivas la fábrica, la prisión, el asilo, el hospital, la universidad, la escuela son instituciones disciplinarias que aseguran la obediencia y sujeción

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