TRANSFORMAR EL FUTURO

Nadya González Romero
Director: Nelson Obregón Neira (IC, MSc, PhD)

Doctorado en Ciencias Sociales y Humanas
Pontificia Universidad Javeriana


martes, 17 de agosto de 2010

El espacio del saber como apuesta

-El cuarto espacio, el EA del CONOCIMIENTO no existe. Es virtual, el llamado, según esta propuesta, a constituirse en aquel movimiento más rápido y envolvente que deterritorializará la deterritorialización del espacio mercantil. Ya se empieza a vislumbrar en los intersticios de las redes, aún sometido a las “exigencias de competitividad y a los cálculos de capital”. Es una posibilidad fundada en las cualidades humanas –saber vivir o vivir saber- concretadas en capacidades de aprendizaje rápido e imaginación colectiva. Éste es el espacio molecular por excelencia en que la velocidad de evolución de las ciencias y las técnicas se amplifica a niveles insospechados, en el que el conocimiento es o debe ser responsabilidad de todo el colectivo, no de un grupo de especialistas, y en el que se proyecta la posibilidad de, a partir de las herramientas ya desarrolladas, inventar formas de canalizar sus inéditas posibilidades de producción y circulación de mensajes para filtrar aquellos que generen verdaderos espacios de proximidad en relación con significaciones y necesidades subjetivas i.e. a propiciar encuentros entre humanos dentro de ese flujo de información que ya hoy es una realidad.
Ya hoy se empieza a ver como las principales fuentes de las riquezas son los conocimientos vivos, los saberes, la pericia y las competencias de los seres humanos y que las nuevas herramientas de la comunicación son las llamadas a suministrar a los seres humanos instrumentos para “aunar sus fuerzas mentales” para la conformación de colectivos inteligentes en los que los seres humanos podrán ampliar y potenciar mutuamente sus cualidades humanas. De estas dinámicas brotará la inteligencia colectiva, entendida como

“… una inteligencia repartida en todas partes, valorizada constantemente, coordinada en tiempo real, que conduce a una movilización efectiva de las competencias. … el fundamento y el objetivo de la inteligencia colectiva es el reconocimiento y el enriquecimiento mutuo de las personas, y no el culto de comunidades fetichizadas o hipostasiadas.”

Que este nuevo espacio se vuelva irreversible implica “inventar de nuevo el vínculo social alrededor del aprendizaje recíproco, de la sinergia de las competencias, de la imaginación y de la inteligencia colectiva”. Es necesario aclarar que el saber del que se habla en esta propuesta no es únicamente el del conocimiento científico sino aquel que le permite al ser humano organizar y reorganizar su relación con sí mismo y su entorno, con los demás seres humanos, con las cosas, con los signos, con el cosmos. El espacio del saber es aquel en el que se combinan diferentes tipos de pensamientos (pensamientos-cuerpo, pensamientos-afecto, pensamientos-percepciones, pensamientos-signo, pensamientos-gesto, pensamientos-máquina) para componerse, recomponerse, singularizarse y relanzarse procesualmente.

Esa es la apuesta;

“Constituir el Espacio del conocimiento significa dotarse de los instrumentos institucionales, técnicos y conceptuales para hacer la información navegable, para que cada cual pueda localizarse a sí mismo y reconocer a los demás en función de los intereses, las competencias, los proyectos, los medios y de las entidades mutuas en el nuevo espacio.”

Construir el ES implica, entonces, construir nuevas identidades fundamentadas en las habilidades de cooperación nómada para producir conocimientos en y a través del ciberespacio. Los cuantos de las cualidades humanas serán signos y solamente signos" que no se prestarán a descripciones científicas:

"La cuántica de las cualidades sólo puede ser un arreglo colectivo de enunciado, el espacio de una palabra plural, un instrumento de autodescripción cruzada de individuos, de grupos y de situaciones que emergen." en imágenes móviles y dinámicas propias de la realidad virtual


El espacio de representación es el ciberespacio “… engendrado por las actividades exploratorias de un intelecto colectivo dentro de un universo informacional”. Dentro del ciberespacio, los intelectos colectivos y sus mundos viven porque se pueden significar con libertad.

La Cosmopedia, un espacio que se autoorganiza
La enciclopedia del ES es, según Levy, la Cosmopedia, espacio multidimensional de representaciones dinámicas e interactivas, de fronteras inestables, y mapas en redefinición constante, una topología constante y dinámica, en la que toda lectura es escritura. En la Cosmopedia, el intelecto colectivo “forma, modela, pule, esculpe la imagen de su conocimiento”; al reducir el discurso en la exposición se genera la simplicidad porque la información sobre las relaciones es implicada por su misma forma. Las relaciones entre los enunciados implican al intelecto colectivo mismo porque son sus miembros vivos los que lo despliegan. Al sumergirse en él, todo el espacio se reorganiza en función de ellos, de sus intereses, se supera la idea de laberinto por la simplicidad que genera la inmersión. En cada inmersión los sujetos

“De conjunto organizan el espacio, lo dibujan y lo vuelven a perfilar, lo evalúan, lo colorean, lo calientan y enfrían. Cada uno contribuye a construir y a ordenar un espacio de significación compartido sumergiéndose en él, nadando en él, viviendo en él, simplemente.”

Se habla de una filosofía de la implicación porque en la cosmopedia habita el intelecto colectivo –el objeto-  que es construido por los sujetos que en él navegan, que entran y salen y en esa dinámica lo construyen, y se asume que ese objeto, que es creado por humanos en colectivo, construye al sujeto, a los sujetos individuales; el sujeto es fabricado por el sujeto en un proceso autopiético porque  ese sujeto, que es el objeto como intelecto colectivo, es construido por implicación de subjetividades.

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